Económicos: estos bienes se adquieren pagando algún precio en el mercado.
Libres: estos bienes pueden ser utilizados por un individuo sin costo alguno.
De acuerdo a su función económica:
De capital: estos bienes son utilizados para la
producción de otros por lo que por sí solo no satisface alguna necesidad
o deseo del consumidor final. Algunos ejemplos son las maquinarias,
equipos, edificios. Dentro de estos bienes hay dos clases: los fijos y los circulantes.
De consumo: estos bienes son producidos con el fin
de satisfacer algún deseo o necesidad del consumidor final. Es por esto
que se encuentran listos para usarse sin que requerir elaboración
alguna. Estos bienes pueden ser duraderos o no duraderos. El duradero
es aquel que no se consume inmediatamente y que, presta por un largo
período de tiempo y en varias oportunidades el servicio para el que se
lo produjo. Los no duraderos, en cambio, son aquellos
que se consumen a corto plazo o de forma inmediata. Se lo puede utilizar
una o más veces y su duración depende del material con el que esté
hecho y el uso que se le dé.
De acuerdo al grado de terminación:
Intermedios: estos bienes, una vez vendidos,
precisan ser sometidos a ciertos procesos de transformación. Se llaman
intermedios por que satisfacen a medias las necesidades del consumidor,
debido a que por sí mismos representas etapas intermedias del proceso
productivo.
Finales: estos bienes, en cambio, no requieren ser
sometidos a ningún proceso de transformación, sino que poseen la
terminación necesaria para ser adquiridos por el consumidor. Dentro de
estos se encuentran los bienes sustitutos que pueden
ser usados para reemplazar a otros ya que proporcionan sus mismos usos o
disfrutes. Cuando el precio de alguno de estos bienes disminuye, su
consumo se incrementa, y cuando su precio aumenta, su consumo baja. Los
bienes complementarios son aquellos que se usan de manera conjunta, cuando el precio de uno de estos sube, la demanda de los demás baja y viceversa.
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